sábado, 22 de octubre de 2011

Cruz de la Unidad

Visible sobre los altares de todos los Santuarios de Schönstatt alrededor el mundo, es uno de los signos característicos del Movimiento. En ella se representa la unidad que Schönstatt proclama: Jesús es inseparable de su madre, así como María lo es de él, y ambos descansan en el Padre, en la Cruz que Él ha determinado en su plan de amor como camino de redención. 

Esta Cruz encuentra su origen durante el período de exilio del Padre Fundador. En 1959, cuando los primeros seminaristas pallotinos chilenos estaban prontos a ordenarse, quisieron hacer un regalo al Cenáculo de Bellavista, que los había visto nacer y crecer en la Fe. Pensaron en un Crucifijo que expresara la imagen de “Cristo Sacerdote”, y surgió la idea de expresar el “Cristo de los Vínculos”, representándolo con la fuerza del Espíritu Santo, su profundo vínculo con el Padre, y a María su madre como colaboradora y compañera permanente de su Misión Redentora de los hombres. Este “Cristo de la Unidad” une el Cielo y la Tierra, y como “Buen Pastor” une a los hombres con Dios y a los hombres entre sí haciéndolos hijos de un mismo Padre. 

La Cruz de la Unidad está llena de simbolismos. En primer lugar, el fondo de la cruz original en rojo representa la sangre de Cristo derramada, fuente del perdón de los pecados y de nuestra unidad con Él. También nos recuerda la presencia del Espíritu Santo en la Crucifixión, y la fuerza y amor que brotan del amor de Cristo y transforman el mundo. 

Luego se reconoce una postura singular de Cristo y María: están vivos y mirándose mutuamente, en un profundo diálogo de madre e hijo. Del costado de Jesús mana la sangre que recoge María con su cáliz. El hecho de que estén vivos no es simbólico solamente, sino que además quiere hacer patente una verdad de fe: Cristo y María, tanto en la Cruz como en la realidad están vivos en cuerpo glorioso. 

Sobre ellos se encuentra el Símbolo u “Ojo del Padre” que irradia todo desde la cúspide de la Cruz; ella, al integrar a la Santísima Trinidad con María, quien recoge la sangre de Jesús para sus hijos adoptivos, es considerada también símbolo del 31 de Mayo. 

Al reverso de la Cruz original se leen 3 frases que expresan nuestros ideales y realidad: “Unum in sanguine” (Unidos en la sangre -de Cristo-), “Tua res agitur” (Tu obra redentora) y “Clarifica te” (Glorifícate -en nuestra pequeñez e impotencia-). Ella fue colocada en el Santuario de Bellavista la Navidad de 1960 por el Padre Humberto Anwandter, acontecimiento que se llamó “Milagro de la Unidad” y que ocurrió exactamente 5 años antes del “Milagro de Nochebuena”, en el que el Padre Kentenich fue autorizado para retornar del exilio a su Obra en Alemania. 

El 16 noviembre 1965, al celebrar en Roma sus 80 años, los hijos de Bellavista le llevaron como presente al Padre la Cruz original, con el deseo de que retornase al Santuario. Sin embargo el Padre, a quien una réplica en madera había acompañado durante casi 5 años en Milwaukee, al recibirla y serle manifestada la intención preguntó “¿es regalo o no es regalo?”. Ante la respuesta afirmativa dijo “regalos son regalos”, y se quedó con ella. 

Sin embargo lo Cruz no permaneció con él mucho tiempo, ya que cerca de un mes después él se la regaló al Instituto Secular Femenino de Stuttgart, para el Santuario que estaba construyendo aquélla comunidad, en gratitud por la fidelidad de vida, a lo que había proclamado desde Bellavista en la “Epístola Perlonga”, y como compromiso-tarea de mantener vivo el espíritu del Movimiento. Por supuesto este gesto causó desconcierto en la Familia de Bellavista, ante lo que el Padre Kentenich, reconociendo el dolor que había causado, explicó a través del Padre Alex Menningen el sentido de su ofrenda. Así nació el Paralelo Bellavista-Stuttgart, que consiste en la unión en la Fe, compromiso y propósito para llevar adelante la “Santa Cruzada” de ser garantía del retorno del Padre Fundador al Santuario Original y al seno de la Iglesia mediante el reconocimiento de su mensaje. 

En reconocimiento al regalo las Señoras de Schönstatt de Stuttgart regalaron al Santuario de Bellavista una hermosa Custodia para exponer el Santísimo Sacramento, y el 19 marzo 1969 les regalaron la primera réplica de la Cruz, que aún permanece ahí. 

En Pentecostés de 1972 el Papa Pablo VI recibió una réplica de parte de la Familia de Stuttgart, en reconocimiento y gratitud por la rehabilitación del Padre Kentenich, y en solidaridad con él como Pastor y Cabeza de la Iglesia. Luego, en 1980 el Papa Juan Pablo II recibió una nueva réplica, al tiempo en que en Bellavista se colocaba una de tamaño monumental para recibir a los peregrinos en conmemoración del 20º aniversario de la colocación de la Cruz original en el Santuario. Ella fue bendecida el día Viernes Santo del año siguiente por el Nuncio Apostólico, Mons. Ángelo Sodano. Hoy la podemos encontrar alrededor del mundo, no sólo en los Santuarios Schönstattianos, sino también en otras comunidades, como la creada por la Madre Teresa de Calcuta, las Hermanas de la Caridad.