domingo, 17 de junio de 2012

El Capital de Gracias


En Schönstatt utilizamos normalmente una expresión que puede parecer algo extraña a la gente que por primera vez toma contacto con nosotros: las “Contribuciones al Capital de Gracias”. ¿De qué se trata? ¿Por qué hablamos de “capital”?

Si hacemos memoria, el Señor usó en el Evangelio términos del orden económico: cuando habla de que una persona entrega a sus siervos “talentos” se está refiriendo a una moneda, como serían hoy el peso o el dólar. Así, ocupa un concepto del orden económico para decir algo que, por supuesto, lo trasciende y se puede encontrar en el ámbito de la Gracia.

El Padre Kentenich es muy consciente de que el hombre moderno es muy sensible al término “capital”: es lo que permite armar una empresa y hacerla producir, por ejemplo. Y él sabe que en el orden de la Gracia pasa algo semejante; todo aquello que nosotros ofrecemos a Dios: nuestro esfuerzo por lograr la Santidad, la voluntad de ser coherentes con lo que Él pide, nuestras cruces, trabajos, y lo que hacemos con amor tiene valor y mueve a Dios. De la misma forma en que si nosotros hacemos un regalo a una persona, ella siente que su corazón se orienta a volverse hacia nosotros, para retribuir el amor que le mostramos.

El Padre Kentenich pretendía que nosotros, como personas, tomáramos conciencia de que Dios nos toma en cuenta, le somos importantes, y podemos y debemos cooperar. Él no quiere hacer las cosas solo. ¿Por qué, si no, llama a María, si podía habernos salvado solo? ¿Por qué quiso tenerla junto a Él ante la Cruz? ¿Por qué actúa ella como Medianera de Gracias? Porque quiere vivificar al hombre en su dignidad. Él quiere nuestra cooperación como hombres libres. Si nosotros fuimos creados por Él como personas libres, sale a nuestro encuentro apreciando nuestra cooperación. Y lo que Él más aprecia es todo lo que hacemos con y por amor, y le entregamos como don de amor. Éstas son nuestras contribuciones al Capital de Gracias.

Pero además, como schönstattianos, hemos hecho una Alianza de Amor con María, y a nuestra cooperación le llamamos contribución al Capital de Gracias de tiene María, esa “fuerza de amor” que Cristo pone en sus manos para nuestro bien. Nuestra cooperación tiene para Ella un significado especial: sus hijos están trabajando con ella y por ella, y le ofrecen su trabajo. Por eso nosotros decimos que somos instrumentos de María. ¿Qué es lo primero que le entregamos?: nuestro esfuerzo por ser buenos cristianos, nuestra autoformación, ya que Dios nos hizo libres para que nos desarrolláramos. Todo lo que hacemos por ello es nuestro regalo de amor a Ella.

Todo nuestro trabajo puede ser quizás sólo un 1% del Capital de Gracias, pero es muy valorado por nuestra Madre y Dios, quien lo hace fecundo por su Gracia. Ésta es la fuente de la fecundidad de Schönstatt.


Basado en el relato del P. Rafael Fernández

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